sábado, julio 29, 2023

CAMINO DE SIRGA de JESÚS MONCADA

 


Sé que es extraño, pero desde hace un tiempo me pasa que mientras avanzo en la lectura de un libro

siento que va muriendo a cada página que paso, que el territorio virgen, como cuando pisas la nieve en un campo que no ha pasado nadie, se ha acabado para siempre, que probablemente nunca volveré a leer ese libro -¡hay tantos por leer!- y, sobre todo, que jamás sentiré esa sensación de haber disfrutado de esas páginas -sus imágenes, sus palabras, sus ideas- por primera y única vez. Todo ese proceso de encontrar el libro, estudiarlo, desearlo, comprarlo y vaciarlo termina...Una sensación de perdida -un lujo vital menos que disfrutar- que sólo se sobrepone, como en el caso de ésta novela, por el inmenso e inesperado placer de leer sus hojas. Una delicatessen en un mundo de sopa... Y al igual que eso manjares finos y efímeros, sí, serán de poca duración y largo recuerdo. Así, llego a la idea consoladora que los libros que siento que se mueren, -sólo aquellos que se grabaron en el cerebro con taladradora-, son los que pervivirán tanto como lo haga yo. Y acaso, espero que como en aquel libro de Ray Bradbury, aunque se quemen en miles de incendios provocados o no, serán parte del imaginario mental y oral de muchas generaciones. No soy egoísta.



"El camino de sirga" es la historia de un pueblo, Mequinenza, situado en las orillas del cruce del Ebro y el Segre: de sus minas, sus laúdes -barcas-, sus bares, sus habitantes -ricos y pobres- sus luchas, sus problemas, sus envidias, sus locuras, sus muertos, sus callejones, sus casas, su polvo, sus animales, sus borracheras, sus venganzas, sus traiciones, sus engaños, sus alegrías, sus tristezas... A lo largo del siglo XX, hasta su desaparición desastrosa iniciada " aquel día de 1971". Y el viaje por el libro es una paseo por la memoria de sus habitantes, de cada uno de ellos, cronistas de épocas y situaciones en las que cada uno de ellos tuvo una intervención e interpretación diferente. Cada versión es una parte del libro, que aparece y desaparece con él, como un recuerdo atrapado de entre el viento lleno de polvo de carbón. Las historias van y vuelven del pasado a 1971, se revuelven y ensanchan, sospechan y afirman, previenen y ocultan, acercan y alejan los recuerdos, que son con los que está construido el libro, esas evocaciones tuteladas por la nostalgia, ésa que permite recordar tiempos malos como buenos, y tiempos buenos como míticos. El paso del tiempo permite, por esas razones extrañas de la mente, echar de menos sólo lo que te hizo feliz, pero llegado un tiempo, y quizá una edad, todo te hizo feliz.


La simple descripción de los acontecimientos que cuenta el libro -Trabajo en las minas y pobreza, riquezas efímeras en la primera y segunda guerra mundial, aparición de la lucha obrera, la guerra civil, la postguerra, la caída del consumo del carbón, desaparición del pueblo- son simples bastones para apoyar una lógica histórica pero que de nada sirven para, siquiera, sugerir lo que es el libro. Incluso citar que aparecen, vida tras vida, una estirpe de ricos poderosos y mineros y barqueros pobres de solemnidad, y que aparecen sus aconteceres diarios, sus amores, la vida cotidiana de un pueblo que respira el aire de cada tiempo: de la moralidad cristiana a la libertad absoluta, desde la lucha obrera hasta la represión franquista, desde los bares desenfrenados a la moralidad feudal de los ampulosos ricos locales, desde la lucha con el Ebro hasta la lucha en las guerras... Todo, incluso eso, tampoco sirve para dibujar apenas un bosquejo de lo que es la novela. Imaginaros que os meten en las mentes de cada uno de los pobladores de la villa -los ricos del Casino, los pobres del Café del Muelle, los tripulantes de los laúdes, las cabareteras, los mineros, las mujeres, de las sirvientas, el boticario, el cura, Doña Carlota la dueña de medio pueblo, de pintores, de antiguos soldados,- e imaginad un barril enorme en las que flotan sus recuerdos - desde burlas obscenas a olvidos premeditados, desde chismes de viejas a locas con mensajes apocalípticos, de amores susurrados a gritos de alcoba, desde silencios políticos a arengas sociales, desde hipócritas a pícaros consumados-hasta que se crea un vino de gusto recio y paladar intenso. Un vino servido en copas finas de cristal sucias de carbón y brea de barco, que a veces tiene u


n sabor feliz y otras veces amargo.




Pero no debo dejar la impresión que es un libro de esos de rostro serio y profundidad social y política. No, para nada, es un libro en la que la escritura de Jesús Moncada no sólo muestra humor sino que también muestra compasión y ternura con los pobladores de la villa,, solamente a los habitantes de rostro más serio y abotargado los increpa con ironía y cierta rudeza, excepto cuando describe los años negros después de la guerra civil, con sus muertes, su moralidad, su represión... entonces aparece el cruel sarcasmo, el puñetazo literario, la pluma menos sutil y más directa. Moncada se posiciona junto a la gente humilde en un espacio que se sitúa entre el cariño y la añoranza, buenas personas que quiso y no volverán. Aquellos que eran suavemente crueles y ferozmente tiernos... A la gente poderosa la retrata en un lugar tan lejano a sus ideas como cercano a su vida, con trazos ciertamente poco generosos con ellos, nada mas lejos de aquí que lo que está más cerca. Y no es que parezcan personajes grotescos, pero sí de tragicomedia.


Un mosaico de fondo negro carbón que se hunde en las aguas verdes d

el Ebro.





sábado, mayo 06, 2023

VIOLETA AGRESTE de CHIYO



VIOLETA AGRESTE de CHIYO


TRAD: Fernando Rodríguez-Izquierdo y Gavala. Editorial Satori

 

 

“Campana vespertina

A sus sones se esparce

Y se asienta el calor”

 


 RUMOR


No pienso en nada cuando pienso en un Haiku, no lo defino, no puedo, como si solo fuera un rumor que te llega en un  paseo solitario por la montaña; puede parecerme el siseo de  un bosque cerrado, o un paseo entre hojas ocres que crepitan con la pisada  o puede ser el sonido agrio de un sucio rincón de la ciudad en la que tú alcanzas a ver la belleza, sea por tu forma de entenderlo sea por los recuerdos. Lo poético  que conlleva leer unas frases que se convierten en algo apreciable, algo hermoso,  se sostiene en  los patrones en los que ellos te hablan del  momento en los que la creadora de los haikus ha visto lo que cuenta, pero también aparecerá, aunque no quiera,  su època, su mochila de tradición, su sitio; todo ello hace que cada poema sea  el que es y el que no es  porque, en realidad, ella ha atrapado la poesía, lo contado, con un movimiento que alcanza solo el largo de su brazo , lo profundo de sus ojos, pero, a la vez, alcanza todo el universo entero, como un patrón panteísta que enseña, persigue y crea los instantes; un dios en las cosas que se paran una décima de segundo para que el poeta los atrape. Los patrones que se crean en el haiku también aparecen en la tradición, en ese peso de la historia, del tiempo, pero sobre todo del alma de los que los han leído u oído, y han creado una especie de memoria grupal aprendida y aprehendida con el paso de los años y en las voces y los papeles y en el éter de los poemas y en ese  momento cuando se  escudriña el alma de las cosas que se van extendiendo hasta la boca de la caverna y esta es la puerta al cuerpo de los lectores y creadores.

 

"En el monte, en llano

no hay cosa que se mueva.

Alba de nieve.”

 

¿Y EL LECTOR AJENO?


Un tipo como yo, lejano en tiempo, espacio, mente, educación, carga, zapatos, lejos de todo, como un panteón de emperadores romanos en la selva de Hokaido, como un poeta del romanticismo varado en un participio de guerra. ¿Qué me queda para poder intentar abrir la puerta y entrar en el recibidor, oscuro, del haiku? Pisar de puntillas, crear lo bello en la mente, no ver lo obvio, o verlo, pero saber qué zapatos te has puesto ese día, los de correr o los de pasear por pasillo de hierba verde, como el viejo barbudo que vio que el universo es menos que una brizna de hierba, pasar por ese camino es un buen camino, saber que hay que ver el lado, la parte de atrás de las cosas. Es como desentrañar esas partículas fantasmas que están en la frontera de lo real y lo irreal, entre la verdad y lo intentado. El poema , el haikú, que escribe sobre algo que existió un instante, atrapado en un fogonazo poético, que destruyó el instante, lo calmó en hojas y tintas, pero que a la vez que lo destruye lo hace eterno. La vida atrapada en una gota de resina, una gota de resina atrapada en una libélula.

 

 

“Tras ver la luna llena.

tras mi regreso,

Nada que comentar”

 

CHIYO


Acostumbrado a Basho y sus profundidades, sus lecciones de suave armonía con el mundo, sus acertijos, para mí, y la repentina revelación, ayudada, del significado de sus versos, la verdad tendida de espaldas sobre un abismo. O Issa el doliente, el amante de los animales, el juguetón a veces amargo  a veces rotundo , otras franco como una pedrada; o Buson el que busca la armonía de imágenes, la belleza de sonido, fondo y canto; a Shiki y, como Buson, su búsqueda de la belleza; o lo cotidiano, lo terrenal, de los haikus de Soseki  Y... ¿Entonces? ¿Y a Chiyo? ¿Dónde la coloco? ¿En qué espacio reúno sus versos, en qué lugar acampan sus ideas? De repente me doy cuenta, sin más,  que es mi poeta favorita, ahora en este instante lo es, encaja en mi humor y mi vista y mi vida de estos tiempos,  en este paso concreto  por la poesía; la comprendo, Chiyo-ni, la monja Chiyo, es la pura belleza. Si busco sus patrones de ideas siempre responde a la belleza, a la búsqueda reverencial de lo bello.

 

“Si una esquinita

suelto del mosquitero

¡qué vista de la luna! “

 

“Frescor de luna

corriendo de hoja en hoja

Sin reposarse”

 

 

SUS HAIKUS


Si los miras ves que sus poemas aparentan una dimensión, la que expresa el haiku, ese instante atrapado en papel, ya eso es bello:

lo blanco sobre lo blanco sobre lo blanco sobre el silencio.

 

“A no ser por su voces,

Ni existirían las garzas:

Alba de nieve”

 

Pero detrás aparece un campo de visión, una dimensión, que solo se atrapa cuando apartas lo exacto y miras lo reverencial. El campo de visión puede que sea siempre lo cercano, sus temas siempre,  o casi, tocan la naturaleza,- la luna, el agua, los árboles, los pájaros...- de le expresión de sus ideas salen siempre la naturaleza, los animales, el mundo real;   o también salen las  admitidas como palabras kingo, estacionales; pero lo que busca, lo que buscas está ahí y , sobre todo, más allá;  allí donde los versos afilan su punta y se clavan en tierras, carne, cielos, orillas y aguas, donde el universo está de pie y las luces de la hoguera de la caverna derrumban paredes.  Es fácil ver, una vez que te adentras en su mundo, lees a Chiyo, una y dos y tres y cuatro veces, cuál es la composición de sus átomos poéticos- lo minimo esencial-, ves de que están hechos las variantes que reintegran la vida desde el caos del universo y las imágenes, la solución a sus variables, pero ¿cuál es el destino final de sus ideas, de sus palabras de sus haikus?¿ cuál es la horma que han creado sus versos, qué destino llevan, al fin último de  sus ojos , de sus miradas?¿De qué habla, de quién habla mi querida Chiyo?

 

 

 

“Lluvia vernal:

Todo bajo su ámbito

Se vuelve hermoso”

 

 

LA MIRADA DE CHIYO


Podría mirar sus poemas, clasificarlos, tasarlos, pesarlos, identificarlos y guardarlos, podría volver a decir que sus haikus hablan de la naturaleza, del respeto por el mundo, habla de pérdidas y de amor,  habla a los y de los que le rodean; podría, también,  hablar de buscar la belleza, de cuidarla con amor, con cuidado, para que no se quiebre;  podría hablar de que Chiyo levanta la sábana, el cobertor del mundo,  aparta la masa de nubes y te enseña algo que ella ve y tú no has visto: palabras eficaces para salvar pendientes o abismos donde no has querido mirar. Sí , todo eso es posible, lo creo, lo he visto, pero realmente lo que veo, lo que me cae como una lluvia en el monte, imposible de escampar, imposible que no me moje, lo que realmente me sacude cuando leo a Chiyo, Chiyo mi preferida, es la aparición de la delicadeza. No ha habido ningún momento en mis lecturas de poesía en las que la delicadeza explote de tal manera, reviente las calmas, los relojes, y manche el mundo de tal manera;  la delicadeza como lugar, como el organizador del caos que surge de estos poemas de cinco, siete y cinco silabas.

 

“Noche de luna;

Desde una piedra asoma

Y canta un grillo”

 

 

LA DELICADEZA

 

Hace muchos años puse de cierto libro que aquel  era la mejor explicación para definir la palabra “ternura”, poco después una persona de los que ruedan por internet me espetó que la definición de ternura era muy evidente y nada difícil, supongo que se referiría al diccionario.

Aquí me diría la mismo, porque la delicadeza es la realidad ultima de este libro, de sus palabras, es el fin de sus versos, de sus silabas, hasta de sus letras. No es la explicación de los decimonónicos, serios y exactos creadores de diccionarios, de los que componen las palabras y las clasifican; no, esta delicadeza hace más, respira, la ves, la tocas, esta delicadeza no se explica con diccionario ni google, esta delicadeza la ves, la masticas, te salpica la cara y los ojos.

El  mundo creado para ser paciente y atrapar, traducir y calmar tu mente dejando un  línea de sensibilidad en un papel, impreso para ser eterno, la realidad más consecuente la que se crea para que perdure, la libélula que huye al infinito protegida por la eternidad. La delicadeza como eterna, el amor por lo bello, por lo querido, por lo no olvidado, por lo que miraste una sola vez y no se te olvidó, el interno viento que cruzó tu mente y lo atrapaste en un pensamiento y se desbordó por músculos, tendones, manos, yemas, pluma, tinta y papel.  En la  mente la explosión de eternidad vale para que el mundo ese instante y todos los instantes en los que las leemos sean eternos, siempre eternos.

 

 

 

“Di, mariposa:

¿en qué vas tú soñando

cuando aleteas?

 

 

“Revuelan grullas,

Cimeras como nubes.

Primer albor.”

 

 

“Hojas de arce

tiñen el monte a medias:

amor a medias.”

 

 

 

 

EL ESPACIO DE LA PURA BELLEZA

Llueve, me llueven Haikus de Chiyo, suena, mientras leo,  el Réquiem de Gabriel Faure, suena el introit y el Kyrie; se me ocurre por un momento que leer el canto a la naturaleza, a la vida, al respeto por lo que atrapas en un momento y por tanto vivo o que quisieras que así lo fuera no encaja con este canto al recuerdo, por esta pena por la muerte, un Réquiem para ser atrapado y dolido, pero creo que encaja, la vida y la muerte son dos pasos paralelos, cuando das uno das el otro, tienen el mismo camino. La vida de los Haikus de Chiyo y las notas de Fauré encajan en el espacio de la pura belleza, elevan ambos mundos a un espacio por encima de las palabras, de la música, de lo eterno, de lo vivo y de lo muerto; la vida exenta de muerte, la muerte cargada de la vida  de todos las  que la vivieron. Elevado valor de las palabras que recogen notas para volar.

 

“Lluvia de invierno:

por algún sitio, el alba

Rompe entre los bambúes”



“brillante luna:

la mantengo a mi vista

por un largo paseo”

 

viernes, mayo 05, 2023

CARGAR MERCURIO CON UNA HORQUETA de RICHARD BRAUTIGAN

 




                CARGAR MERCURIO CON UNA HORQUETA de RICHARD BRAUTIGAN

Trad: Sebastián Díaz Barriga. Ed Kriller71

 

 

CALOR

Hoy hace calor, me temo que mi lectura será menos agradable, sin embargo  ayer llovía y había niebla y  me gustó mucho. La lectura depende del estado de tu mente, un poema mucho más. La lectura se hace subjetiva al extremo, nada sirve igual de un lado de tu mente, de tu humor, y del otro. La descripción real, la expresión literal  del autor cambia por la emocional del lector. Ambos crean patrones de lectura que, unidos, recomponen el rompecabezas dual, crean el  cuerpo de esa especie de caos. La creación simultanea de ambas miradas son las que crean belleza o despiertan la audacia o la reflexión, pero también, pudieran,  la tristeza o el rechazo. El mundo es dual, pero en el caso de la lectura en general, y de la poesía en particular, es, sobretodo, un efecto momentáneo, es exactamente momentáneo, como oír una canción, como el sonido repentino del cuco en el bosque, como el romper de una ola, como la mirada escurridiza de un tímido o de una mirada de deseo que pasará insatisfecha para siempre, que te influye en ese instante, pero la siguiente ola, el siguiente cucú, la siguiente mirada,  serán otras, las verás y notarás de otro modo; ni mejor ni peor, otro.

 

 

NOS CONOCEMOS. LO INTENTAMOS. NO SUCEDE NADA, PERO

 

 

Nos conocemos, lo intentamos, no sucede nada, pero

después de eso sentimos vergüenza

siempre que nos vemos. Miramos hacia otra parte.

 

VALOR

Un poema, uno cualquiera, este de aquí arriba por ejemplo, que me habla  sobre el pasado, el amor, la incomodidad de lo que fue y no fue, sobre la realidad que no inventa relatos, un estado donde la gente habita, el beso que  no fue, el demasiado alcohol que llevó a donde, en cualquier otro momento, no iban a llegar; donde el verso y la mirada sustituyen a la palabra dicha. Sí, este poema vale como expresión de realidades cercanas, como tal habrá alguien que lo desprecie como lugar que ya visitó; porque asomados a la barandilla del abismo creemos que la realidad nuestra es la universal, como un pequeño universo asomado a tus ojos o tu boca o a tus piernas. El verso es todo lo que ama el poeta en ese momento de la creación, o lo que odia o lo que admira, por tanto es un universo en sí mismo, recrear sus paseos por las afueras de su mente es el todo, es el completo paseo sin escafandra y con el cordón umbilical de la tinta y el papel, es lo que hace diferente a un expresión local, coloquial, universal, acaso comúnmente pensada, de un poema: el resquicio de la  puerta que crea un mundo, aparatoso o pequeñito.

 

 

POR MIEDO A ESTAR SOLO

Por miedo a estar solo

haces tantas cosas

que jamás harías

 

MUSICA

 

Un poema traducido, cualquiera, pierde el traqueteo de sus vocales, el sonido simple de sus palabras, el ritmo -a veces claqué, a veces tango o vals o metal- de sus versos; rescatar el sonido del sentido de las palabras que obtenemos es imposible, como es imposible pasar un río ancho saltando de piedra en piedra, -chapoteo a chapoteo-, o como es  dibujar con la mano el zigzagueo de un relámpago en el instante que sucede. Sin embargo los poemas, traducidos, bombardean, a  mí me bombardean, de ideas, de capacidad de soñar, en este caso recorriendo un camino paralelo al original: son los textos, sus imágenes, esas ideas, los que llevan a buscar a Bach o a Pink Floyd o a Enigma o a Children of Bodom o a… -siempre en idiomas que no conozco para que no sumen- . Cuando me encuentra su latido, el sonido exacto de sus letras, entonces, nace otro poema, una ilusión de ritmo y partes a caballo, trotando por las piedras o por la hierba, un universo en un balancín de niños que se equilibra o en un tobogán que se desliza al fin del mundo o al fin del libro. Este libro necesitó, lo hizo, acumuló puentes y almadías para llegar a Lou Reed, rock and roll animal en bucle, porque debía ser así, el tono de la voz de Lou era el tono del libro, el deje exigente y sorprendido de su voz era su tono, el destino parecía ligado entre ellos: estuve allí y miro lo mismo, canto lo que me cuentas. Lou Brautigan, Richard Reed, rock y versos, Mercurio animal, versos como un fa sostenido,  afilado riff que escribe poemas, un campamento para versos de Richard y una hoguera que solo come oxígeno y respiro al acabar el verso.

 

WALTER

Todas las noches, antes de dormir

Walter tose, como nunca ha dormido

en un cuarto con nadie más, piensa

que todo el mundo tose

                               Antes de dormir. Ese es su mundo

 

PUNTOS DE FUGA

Si miro un cuadro, y si así lo ha querido el pintor, me induce, me apunta a  mirar a algo, disparos al final de la nada,  anteojos para ver la profundidad del espejo con la cara de Velázquez o a la estrella más lejana de Van Gogh. En este libro sus puntos de fuga me llevan lejos , muy lejos a un lugar separado por desiertos  y murallas construidas por el paso del tiempo y las caras y los amigos y de horas y horas de mirar y ver; es un lugar solitario, donde parece asentarse una figura que mira alrededor y descubre, como cuando al pisar una rama cruje en la oscuridad, su mundo despejado de gente. El lugar de un anacoreta urbano en medio de un poblado paso de cebra, que vive solo, solo con su pasado y su pensamiento, con un cuchillo, un pequeño bisturí, en la mano que abre ventanitas  y corsés y puertas del tiempo a su(s) pasado(s) y lo seca colgado de un alambre en la puerta, como alfombras que pisó o zapatos o pañuelos o rotuladores que ya no pintan, una fila de recuerdos que rodean la casa y el paso de cebra en el que todos pasan y nadie  ve.

 

NADIE CONOCE

EL VALOR DE LA EXPERIENCIA

Nadie conoce el valor de la experiencia

pero es  mejor que quedarse de brazos cruzados

                           me digo una y otra vez.

 

 

RICHARD

Conozco a Richard Brautigan a través de sus novelas, no sé si he leído cuatro o cinco, pero bastantes. Un niño superdotado que cuenta historias de malvados inocentes y de héroes que reinan en un universo que parece cartón o de feria o de universo muy muy pequeñito. Los personajes de los libros que leí son casi siempre solitarios a la fuerza o por convencimiento; donde la ironía, la locura surrealista que no de ido, lo inesperado, lo vagamente irreal y lo fuertemente creativo reinan en sus Novelas. ¿En sus poemas? Las ideas, los patrones que se deslizan de poema en poema, de página en página, no son metáforas, no son imágenes, no son recursos del poeta fundado en el palabra exacta, en el verbo afligido o creativo, no, no son, son poemas en lo que lo une, lo que cuenta, está unido a la idea, a la sensación, al fin común de sus versos a  la razón última de sus versos. ¿Cuál? 

 

LA SOMBRA DE

SIETE AÑOS DE MALA SUERTE

 

Una cara formada con restos de otras caras

necesita de un espejo hecho de pedazos

                           de otros espejos.

 EL FiN

El principio y fin de los versos de Richard está en capturar pequeños espacios de vida, de su vida, y colgarlos de la pared a la manera de notas que le recuerdan pasado, pero también destino. Son posts its de realidades a veces aparentemente ajenas, otras con el yo escrito en fósforo. Habla de soledades y de recuerdos que no te dejan porque te marcaron, hiriendo o cauterizando; hablan de gente que pasó y se quedó, habla de aprietos y calmas, de sensaciones que todavía chorrean, hablan de paraisos en quiebra hace mucho tiempo puestos en venta.


!AH! Y LEONARD COHEN

Se me ha ocurrido, de repente,  pensar que Leonard Cohen sería un buen acompañamiento a los poemas de Richard Brautigan.

Lo he hecho, he leído sus poemas con la canción “I'm Your Man” en bucle, y me ha sorprendido el tono triste que rezuman alguna de los poemas de Richard, como esos amigos que siempre ríen y soportan el peso de la conversación, de los silencios, de la calle, de la madrugada, hasta que un día descubres en la franca risa de su boca el tizne triste de una mirada oculta. Yo soy tu hombre, y soy tu verso, y soy el poeta que nace y vive, y se irá, que hasta te juzga en poemas y en las caricias, soy el poeta que nadie descubre y que mira. Soy…

 

CHARCOS DE LODO, ENTRE AMIGOS

A INICIOS DE PRIMAVERA

Así me

                               Siento

                                                               5 de octubre

 

ESAS

Esas pequeñitas cosas que convierten una frase, una idea, una conversación en otra cosa: a veces en belleza, a veces en algo mortal, a veces en algo que no sabías que sentías, esa sensación de lo que es real es falso, y lo que es falso es real, el que convierte el amor en pasión y la pasión en odio, todas esas 10.000 cosas son trozos de espacio que debes pisar y visitar, que debes asomarte a la ventana y oír la conversación de la pareja de amantes o a los que discuten por el tráfico o del poeta versado en soledades y miradas afiladas, en versos huidizos que atrapas, como atrapas a Márquez cuando su coronel ya no puede leer y deja  ese olor  de absoluta soledad que no puedes sacarte de la ropa, o como Wenders agarra a Shepard de las solapas y le exprime el mundo de los moteles y los suburbios y las soledades de París (Texas) a golpe de miradas y de líneas que escapan hasta el fin de los mundos, hasta el fin de ese mundo. El verso empapa, las naranjas son amargas y Brautigan usa zapatillas de andar por casa, porque no hace ruido, pero le veo caminar pasillo arriba pasillo abajo, autopista adelante allá donde el punto de fuga me lleva a perderme.


sábado, junio 04, 2022

TROPISMOS de NATHALIE SARRAUTE

 







             Como gotas de tormenta de verano, grandes, desafiantes, que golpean el suelo y desperdigan por doquier polvo, calor y lágrimas, estos pequeños textos te golpean quizá más como granizo, hacen daño, son como amenazas constantes, como una lámpara de araña a punto de caer, como un tejado cayendo, como el cielo de los dioses derrumbándose sobre las mentes de los asustado fieles que abarrotan misas y lugares de condena.



        Los Tropismos son unos pequeños relatos, casi inspiraciones, casi amenazas que han pasado justo un momento por delante tuyo, o solo por  la mente, y tardas un segundo, apenas un segundo, tras su paso en saber del riesgo que has pasado, de lo que pudo pasar, que lo que te ha cruzado no era normal. Son sombras sobre días de sol, sombras que renacen en los sueños, o nacen intimidantes cuando piensas fijamente  en las cosas, en lo que tienes miedo, o lo que temes aunque no solo sea miedo; y, de estar forma,  les insuflas vida, das vida a las sombras de los pasillos, a las ganas de estar solo, a los movimientos extraños, a las obsesiones. Sí… supongo que he acertado con la palabra: los Topismos son relatos de lo obsesivo, de las cosas que hacen que repitas tú salida de casa, o que sientas miedo a moverte, a cambiar, al cambio, en efecto… sí …sientes miedo a que algo cambien, u una obsesión por la seguridad, por estar solo en tu lugar seguro, en el lugar donde todo parece protegerte, y las cosas no parecen amenazantes. Y lo peor de todo es que las obsesiones no cambian, no se escapan, no huyen por la ventana como los miedos a la luz del día;  las obsesiones se quedan, se quedan en edad y tiempo, y aumentan como la edad de los árboles, como la medida de tu estatura en al esquina de la puerta, y todo parece engañarte, todo parece envolverte, parece que sigue a tu lado, pegado como una mirada obscena, como un gesto miedoso, pegado con un pegamento abúlico, que parece que hace que no puedas moverte no por su potencia sino por su  duración, un pegamento que hace que las cosas estén junto a tus ojos, a tus oídos, a tu sensación, pero, ante todo a tus recuerdos;  todo es recuerdo, todo llega desde siempre, todo es desde siempre, sí, todo nace contigo, nace y te envuelve, los miedos que contagian a los niños, Y  llega a la adolescencia y … te acompaña hasta el cadalso de los sentidos
            Las cosas que no se cierran te envuelven, la garra oculta que solo tú ves, circundante y que aferra , de tu vida; es eso terrible y extraño que no cuentas a nadie que nace y vive en ti.


            Y el propio lenguaje de Nathalie, en sus Tropismos, acompaña a la obsesión… la acompaña y la acentúa, hace de ella un lugar central de lo que quiere contar:  giros verbales que enroscan los sentidos, como tornillos que van apretando la idea de que todo parece escurrirse por el sumidero de la mente, del lugar donde está lo temido y lo extraño. Adjetivos, sustantivos, verbos, frases que expresan, señalan o simulan miedos y ahogos, rituales y banderías;  expresan sensaciones que desembocan en el gran rio de lo inmaterial, de lo impalpable.  Porque lo que se siente no se puede tocar, son sensaciones, son horrores, miedos o pasmos. Lo impalpable como el centro del libro, las cosas necesitan de la expresión de la lengua y la elección de las palabras y los contextos para expresar que todo, las decenas de historias, de Tropismos, son expresiones de un situación a veces desesperada, a veces terrible, a veces temida u otras tan naturales que parece que ocurren junto a ti, pero expresan algo que te pone nervioso, no horrorizado, no, no va de eso, es solo la tensión de cosas que pueden pasar, que han pasado, que están pasando, pero casi siempre en la cabeza de alguien, del protagonista, del niño, del anciano, de la mujer que repite su misma estancia en la vida, porque parece que la vida la amenaza, la rodea, siente su pulso sino repite un gesto, una inmovilidad que la deje sobrevivir ese día.


            La sensación de inmutabilidad de las cosas que suceden a los protagonistas, de no poder luchar contra el mundo propio que lo rodea y amenaza, que hace de ellos personas a punto de implosionar, como guerreros que han tapado sus lanzas y amenazan con saltar desde las almenas, al vacio, a la oscuridad de la que nada saben.

viernes, junio 03, 2022

INSANIA de HÉLIA CORREIA

 



















INSANIA de HÉLIA CORREIA



La culpa la tienen los poetas, no tienen perdón, los buenos poetas, que de poetas buenos el mundo anda necesitado y, aun así, son los culpables. Culpables porque cuando escriben en prosa cojean en la pierna en la que tienen el zapato donde guardan las metáforas o el celofán donde se pegan a la piel esa incesante necesidad de crear mundos en los que los ves nacer, parir, en cada palabra; el lector ve nacer el libro en cada párrafo, en cada idea hay una nueva cosa en las que el poeta, culpable, ha creado una nueva mirada, porque eso es el mundo -la vida, la historia de tus y mis vidas-: el mundo son miradas. Tu mundo y mi mundo nunca se parecerán porque mi mirada no es la tuya, ni la de ella, ni la suya, ni la de aquel, ni la de nadie, es mi mirada agazapada tras mis ideas  y mis aprendizajes, la que descubre lo que -me-quiere contar el libro, Y es entonces cuando el culpable poeta se convierte en inocente, pero inocente de ingenuo, mi mirada ha convertido su libro en mio, se lo he robado, y no, no he cambiado las letras, ni una coma siquiera, no he cambiado nada, pero es mi libro. El poeta prosista, el prosista tahúrel tahúr poeta sabe que sus palabras dejan que entren en todos los mundos, en cada una de ellas, que la palabras sinónimas no tenga sentido como no tiene sentido el vaciar un dedal de agua en el mar, el contenido de las cosas son las propias cosas, y las cosas son sus contenidos, pero los arcones que contiene un libro son tantos que abrirlos todos harían de un libro, mil. Hélia Correia habla desde las entrañas de una poeta, de sus sonoridades, sus ritmos, sus imágenes que aparecen al cruzar la esquina izquierda del libro, las palabras son poesía, una poesía en prosa que busca contarnos una historia, una manera de enseñarnos un mundo. ¿Qué mundo? Un mundo derruido, un mundo muerto-o a punto de hacerlo o de derrumbarse y casi desaparecer-, un mundo cayéndose y a punto de estrellarse; como una hermosa bailarina de ballet a la que se le ha roto una pierna,o como si al piano de Sviatoslav Richter se le hubiera roto la tabla armónica. Supongo que la belleza de la música de Richter y el baile de la bailarina está en los dedos, en la ejecución, está en las piernas, está en la intención, está presente en el vacío , está donde siempre estará, pero la crudeza del mundo supera esa extraña combinación de lo bello y lo feo, de la muerte con las letras doradas, de la ignorancia con el saber andar. Y se derrumban las cosas bellas a pesar de estar presas de hermosas cuerdas y horribles cimientos.


“Insania”... ¿Cómo podría describirla?, y... ¿Si lo hiciera sabría expresar lo que he sentido al leerlo?¿Mentiría al decirlo? ¿Será esta ”Insania” mía la que quiso contar Helia? ¿El machete con el que desbrocé las zarzas y las enredaderas que dan imagen de ese mundo extraño es el necesario, el que debe cortar o puede cortar las palabras, y los verbos y los adjetivos con los que se quiso escribir este libro? Lo cierto es que no lo sé, y me da igual. Si quieres saber de este libro, debes aprender a mirar el mundo como si este se derrumbara, pero dentro de ese desplome, esa absoluta falta de todo, de esa muerte y amenaza constante esa crueldad de la vida, esa necesidad de todo, debes aprender  a mirar que esta historia llega a un pueblo llamado A Levada y que el comienzo, -vacío de miedo y de necesidad- es la llegada desde la nada de una niña llamada Natalina; una niña que no habla, que parece retrasada, que solo se mueve por el pueblo, aceptando comida y algún cariño que solo acepta a cucharaditas, justas y buscadas. La niña aparecerá y desaparecerá del texto, pero será su centro, será su discurrir y su intención, será acaso su metáfora de tahúr poeta que muestra al mundo de una niña desamparada en un tiempo de decadencia y a través, o cerca de ella, aparecerá un mundo de personajes, un abatido y desengañado grupo de personas que salen y entran de sus casas, de sus vida, esperando sobrevivir al fin del mundo, que no es y sí es, que mueve el hambre y mueve la vida. Es un mundo condenado, amenazante, donde nada cabe excepto la necesidad de sobrevivir sin pensar en el prójimo, lejos de necesidades comunales y de caricias y ayudas; solo es la búsqueda de sobrevivir entre un mundo sucio, raro, casi calumnioso con la vida. Personas que mueren y viven entre cobardías y rebeldías, y destrozos y reencuentros y hasta instintos espirituales que se mueren entre cadáveres que no conocen.

Los libros, digo mal, mis libros, los libros que yo acepto y amo, son los que te dejan una, o muchas,  sensación, sea inquieta o buena, los que son capaces de llegarte al alma o al cerebro o al corazón, o al estómago; no me valen los que utilizan el simple asco o la risa fácil o el lloro sensiblero, eso no es llegar al corazón o al cerebro o al alma, es bucar hacerlo, exacerbar una situación para mecánicamente -como una vulgar prensa que golpea segundo tras segundo, bom bom, sin nada que decir- herir o tocar o emocionar, pero dura un segundo; hay que tener algo más que cuatro formulas manidas que atrapan peces con redes de arrastre. Helia me ha llegado de dos formas: por un lado me ha producido inquietud, una sensación de desasosiego de que algo se trama en el mundo y no es lo que precisamente describe abiertamente ella, no te está contando lo que te está contando, te está hablando, por debajo -sotto voce- de la humanidad, de los tiempos que nos toca vivir, de los años, horas y minutos, en los que la soledad y la inquietud y la nada es parte de la vida de la gente, de nosotros mismos, esa maldita sensación de que nada es como parece y las almas que recorren el mundo se mueven por intereses y nada se sostiene sobre nada excepto en el puro egoísmo. Y por otro lado Helia me ha llegado por algo que repito en todos los libros que comento y en los que lo terrible se cuenta de la forma más hermosa, sea en sus palabras, sea en sus concepción, sea en sus creencias o sea en sus tentativas, y Helia lo hace: crea un mundo extraño, corrosivo, un mundo de muerte en la lluvia, hambre en las casas, frío en el cuerpo, odio en los ojos, bajezas en las ideas, y lo convierte en una novela en la que todo parece encajar como un puzzle del infierno de Dante o del “Juicio final”de El Bosco, un lugar terrible, apocalíptico, pero.... cruelmente bello.

Pero no sería normal hablar sobre “Insania” y dejar el personaje de la niña Natalina, en una pequeña mención que hago a mitad de comentario, ya he dicho que es un personaje silencioso y constante, hasta puede ser una metáfora del mundo débil, pero me he puesto a pensar y me he preguntado la razón por la que Helia creó el personaje, la razón por la que no habla, por la que recorre el mundo tomando lo que necesita, -hasta pedacitos de cariño- y el pueblo la oculta a los extraños y la ayuda y la... Y me respondo como lector tramposo que soy, o me creo, que Natalina es la vida, la simple, pura y hasta inepta vida que nos toca vivir a casi todos nosotros, porque, queramos o no, somos o valemos solo nuestros silencios; nos dan cariño y aceptamos lo que podemos o nos quieren dar, la gente también, -sí, sí Helia-, a veces ayuda aunque no sabe la razón o lo hace por inercia y somos tan ocultos para el mundo; como una mujer que ha pasado hoy junto a mí-como podría ser un hombre, pero digo mujer porque así lo he sentido- y que me ha parecido muy hermosa, y triste, y he pensado que a pesar de que aquí, en mi ciudad,  “solo” vivimos 27.000 personas,  jamás la volveré a ver -todo es fugaz y silencioso-. Al final Natalina soy yo, al final Natalina y el mundo y yo y el futuro no es nada, no hay nada. Hasta las pequeñas cosas hermosas, o las pequeñas ayudas se olvidan y se van, hacia ningún lado.

jueves, junio 02, 2022

POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

 


























POEMAS A LA HORA DE COMER de FRANK O'HARA

Rehago un comentario anterior después de la milésima relectura. Y lo hago porque desde que lo leí en esta reseña anterior mi percepción del mundo, de ver las cosas, de analizarlas, ha cambiado; y por ello la forma de entender este libro, todos.  Así que cosas que aquí leí no las defiendo ya o , al menos, no las percibo. La realidad es una y múltiple y es el tiempo, siempre el tiempo, el que la altera o la amolda a la vida, más viva o más cansada, más tonta o mas inteligente, pero te cambia. Te ama y te olvida.


Y...

Todo queda enredado con las palabras que los poetas crean los poemas. Alguien, alguno, necesita la decisión -el impulso o la ayuda o el desvelo- de una definición que le  diga que los versos avanzan correctos, sin apartarse del camino, exigiendo y reclamando una comprensión para con las cosas que dice; hay otros poemas -y poetas- que explican sus sensaciones, o sus imágenes o sus recuerdos, casi explicados a ráfagas como el viento que mueve las gotas de lluvia y que mi abuela, en una rara versión de poesía de pueblo. ella llamaba jinetes de lluvia;  decía que cuando ellos aparecían nadie podía esconderse y más les -nos- valdría, o refugiarse en algún portal o un cine, o cerrar  el paraguas y dejar que te mojara. Con Frank O'Hara hay que bajar el paraguas, cerrarlo, echarlo a la basura más cercana y empaparte de su visión de la vida, tan parcial , tan distinta, tan inconexa y saciante, tan fotográfica e  impregnante como los jinetes de lluvia de mi abuela...


A UN PASO DE DISTANCIA DE ELLOS



Es la hora de comer, así que salgo
a pasear entre los taxis pintados
de ruido. Primero, por la acera
donde los obreros alimentan sus sucios
y brillantes torsos con bocadillos
y Coca-Cola. Llevan cascos
amarillos; supongo que los protegen
de los ladrillos que caen. Luego
por la avenida donde las faldas se arremolinan
sobre los tacones y se inflan
encima de los enrejados. El sol calienta, pero los
taxis remueven el aire. Miro
ofertas de relojes de pulsera. Hay
gatos que juegan en el serán.
A
Times Square, donde el anuncio
humea sobre mi cabeza, y más arriba
mana suavemente el agua de la cascada. Un
Negro de pie en un portal con un
palillo se mueve lánguidamente.
Chista una corista rubia: él
sonríe y se frota la barbilla. De pronto
todo es bocina: son las 12:40 de
un jueves.
El neón de día es un
gran placer, como escribiría
Edwin Denby, como lo son las bombillas de día.
Paro para tomarme una hamburguesa de queso en JULIET'S
CORNER. Giulietta Masina, esposa de
Federico Fellini, ? bell'atrice.
Y chocolate malteado. Una señora que
viste pieles en un día así mete a su caniche
en un taxi.
Hoy hay varios portorriqueños
en la avenida, lo que
la hace hermosa y cálida. Primero
murió Bunny, después John Latouche,
después Jackson Pollock. ?Pero está la tierra
tan llena de ellos como lo estuvo la vida?
Y uno ha comido y pasea
frente a revistas con desnudos
y carteles de BULLFIGHT y
el Manhattan Storage Warehouse
que pronto será demolido. Antes
pensaba que aquí se hacía el
Armory Show.
Un vaso de zumo de papaya
y vuelta al trabajo. Mi corazón está en mi
bolsillo, son los Poemas de Pierre Reverdy.

Reconozco que cuando me llegó este libro hace muchos años me sorprendió su lectura primera, rellena de ideas, versos, estrofas con nombres de personas, de calles, tiendas, cines, actores, actrices, escritores,con platos de cocina, con cuadros,; me sorprendió la aparente desconexión de sus ideas, de sus versos que acampan allá por donde quieren, lejos de cementos que le den conexión y de lugares que los refugien del aire y que esparzan las ideas. Pareciera que sus versos, su dictado, su poética,  se desconect como cigarros encendidos en las ventanas de un rascacielos en la oscuridad de la noche, desconectados y unidos a la vez. Parecería que hay, que evoca y utiliza, una versión de la escritura automática o del surrealismo o de alguna versión libre que Frank aceptaba como suya: los poetas nacen , viven y crean donde, como, desde, para, entre los que quieren, así que me puse a leer y leer y leer. Y conocí a Frank. Él habla de lo que le llega a los sentidos, su versión de las cosas son los sentidos, la vista, el olfato, el tacto, pero también ese sentido de la belleza o del sexo, o de la propia ilógica y lógica del mundo que termina cerrándose en sus paginas, en sus versos, en una creencia de que el mundo irreal o real de sus poemas son mapas que conducen a caminos que llevan a casa -a su casa-, que llevan a la habitación donde reposa el amor  o la verdad o la amistad. Retazos  de realidad , brochazos en cuadros abstracto,  que expresan una realidad no uniforme, discontinua, que golpea el cerebro en flashes para que todo ese paisaje de personas, cosas, bares, miradas, bebidas, periódicos, coches...todos unidos, pintados o escritos, conformen la enorme realidad actual, de la poesia, de su vida, de los poemas, de ciudad donde vive, de, por ejemplo, Nueva York. Toda la poesía que aparece en el anterior poema “ A un paso de distancia de ellos” se resume en la vista de un mundo de gente normal viviendo sus vidas normales,  y de personas que conoció y rescata -y tamiza en su mente- en el recuerdo de un paseo , acaso alcanzados por el recuerdo de un simple color, o por el juicio de una de una situación; pasa el tiempo, los pasos, las miradas, las sorpresas, la avidez,  y el poema se acaba recordando a  Reverdy, poeta cuya técnica poética eras similar, por lo tanto todo es circular y en su bolsillo están sus poemas y su realidad. (como algún poema de Apollinaire-Zona- )

Comprendí tras ese leer y leer y leer a Frank, que las cosas tienen su ritmo, -jazz, siempre jazz, y el ruido del goteo, la caida, de pintura en bocetos, ruidos de pasos en el asfalto, de bares que gritan, de coches, del sonido de un recuerdo que te vuelve, de vendedores, de rastros, de una conversación que se aleja... -y como cualquier persona, como cualquier poeta, lo que se quiere contar, lo que quiere que el otro sepa -el receptor x, o el mundo desdeñoso-, que destaque como un día hermoso o terrible, debe estar centrado en pequeños recuerdos y resaltar al final, como si no fuera lo importante, la impresión de algo que sucedió, de lo que no olvidará, que el día a trascurrido como siempre, que la vida transcurre normal,-vivo, paseo, compro, paseo, recuerdo, paso junto a..- y, en un instante, una palabra, un titular, un recuerdo, jazz, Billie...y, de repente, el sonido de una voz, su voz, retumba

EL DÍA QUE MURIÓ LADY DAY

Son las 12:20 en Nueva York un viernes
tres días después del Día de la Bastilla, sí
es 1959 y yo voy a lustrarme los zapatos
porque voy a bajarme del tren de las 4:19 en Easthampton
a las 7:45 y después iré directo a cenar
y no conozco a los que me darán de comer

Camino por la calle sofocante donde asoma el sol
y me tomo una hamburguesa y un malteado y compro
un feo NEW WORLD WRITING para ver que hacen estos días
los poetas de Ghana.

Voy después al banco
y la señora miss Stillwagon (de nombre Linda oí una vez)
ni siquiera comprueba mi saldo por una vez en su vida
y en el GOLDEN GRIFFIN le compro a Patsy
un pequeño Verlaine con dibujos de Bonnard aunque considere
en el Hesíodo, trad. por Richmond Lattimore
o el nuevo drama de Brendan Behan o Le Balcon o Les Nègres
de Genet, pero no, me quedo con Verlaine
después de casi dormirme con el dilema

y para Mike por la tienda de Licores
de PARK LANE y pido una botella de Strega y
vuelvo por mis pasos e a la 6a. Avenida
y al estanco del Teatro Ziegfeld
pido distraídamente un cartón de Gauloises y un cartón
de Picayunes, y un NEW YORK POST que trae su cara
y ahora ya estoy sudando mucho y pensando en
apoyarme en la puerta del wáter del FIVE SPOT
mientras ella susurraba una canción al correr del teclado
dedicado a Mal Waldron y todo mundo y yo dejábamos de respirar.

La procesión de nombres propios y de marcas de tabaco o nombres de bares, nombran un recorrido por la ciudad que va envolviendo su recorrido de epopeya de recuerdos, ; como si la labor de tejer el sudario de Penélope (convertido ahora en una epopeya directa  no a un reencuentro sino a un final) se compusiera y se descompusiera en lugares que estaban allí como puestos por el destino solo para saber que unos pasos más allá sabrá que ha muerto Billie Holliday, y todo esos nombres son parte de la tragedia para siempre, reunidos en el círculo de la pena que no olvidará nunca. Porque el poema solo quiere decirte que la pena le sobrepasa y que Billie era la que detenía el mundo con la voz y el signo de su cara y sus ojos, que jamás será olvidada, ni los instantes aquellos... Ya nadie destejerá su voz.

Pero nada queda en los poemas, de ningún poeta, si no expresa lo que ha decidido que debe ser su poesía y para él, para Frank, creó una definición, un especie, entiendo, de broma exposición que decía “i do this do that'poems” (poemas “hago esto hago aquello), así que todo lo que cuenta en sus poemas son cosas que van sucediendo en el día o en la vida. Que salgan nombres, países, viajes, bebida, sexo, deseo repentino, bares cerrados, borracheras sin y con amor, deseo...es consustancial y definitorio de su poesía.

Todo será una cámara que fotografíar instantes, para, al momento,  montar un collage de esa  vida y de esas realidades. Portarlo en las mochilas de los lectores merecerá la pena si lo aceptas, yo los porto desde hace tantos años, que me llevo Frank a todos los lados, por que existen poemas de una extraña y resuelta belleza, que lo separan de la lógica poesía que siempre leo.



AVE MARÍA

Madres de América
¡Dejad que vuestros hijos vayan al cine!
Que salgan de casa y así no sabrán qué hacéis
es verdad que el aire fresco es bueno para el cuerpo
pero qué hay del alama
esa crece en la oscuridad, repujada de imágenes plateadas
y cuando envejezcáis como habéis de envejecer
no os odiarán
no os criticarán no sabrán
estarán en algún país lleno de glamour
que vieron por primera vez en una tarde de sábado o mientras hacían novillos
ipuede que incluso os estén agradecidos
por su primera experiencia sexual
que solo os costó veinticinco centavos
y que no perturbó la tranquilidad del hogar
sabrán de dónde vienen las golosinas
y las bolsas de palomitas gratis
tan gratuitas como salir antes de que la película acabe
con un agradable desconocido cuyo apartamento está
en el edificio Tierra en el Paraíso
cerca del puente de Williamsburg
a los chavales porque si nadie los liga en al cine
ni se darán cuenta
y si alguien la nota será una pura delicia
y sen ambos caso se habrán divertido mucho
en lugar de perder el tiempo en el patio
o arriba en su habitacion
odiándoos
prematuramente puesto que aún no habréis hecho nada
horriblemente malo
salvo preservarlos de las alegrías más oscuras
esto último es imperdonable
así que no me culpéis si no seguís este consejo
y la familia se rompe
y vuestros hijos se vuelven viejos y ciegos ante el televisor viendo
películas que vosotras no les dejasteis ver cuando eran jóvenes



La poesía de Frank O'Hara , conociéndola,a veces enseña la rotunda ironía de sus textos que destilan humor, o quizá fuera mejor decir, causticidad con el mundo, con lo que le rodea, con el mundo de la política, de la sociedad alta que le rodeaba, del arte que dominaba, de la sexualidad, de lo real irreal, de lo real irreal, nadie vuelve incólume de sus citas, -sin heridas o marcas-, que cruzan los versos rápidas, pero certeras como flechas.Otras veces su poesía es para una segunda persona, puede que vaya dirigida a ti, a mí, a un amigo, a las páginas en blanco, al propio Frank O'Hara; es una mirada que va contando, como una conversación grabada en papel y tinta lo que sucede en la calle, pero también expone y fija, porque es el filtro de todo, el secante que lo asegura para siempre, pero también el cedazo que criba y convierte en vital lo ocasional inútil, en trascendental para ser leído para siempre, como una canción que queda en la mente años después de haber besado a aquel amor, y recuerdas la canción no la cara de tu amante.




PASOS
Qué graciosa estás hoy Nueva York
como Ginger Rogers en Swingtime
y el campanario de St. Bridget levemente inclinado a la izquierda

acabo de saltar de una cama llena de días-V
(me he cansado de días-D) y ahí sigues aún triste
me aceptas tonto y libre
solo quiero una habitación arriba
contigo dentro
y hasta el atasco enorme de tráfico es una excusa
para que la gente se roce una con otra
y cuando sus instrumentos quirúrgicos encajan
permanecen unidos
por el resto del día (vaya día)
me paso a examinar una diapositiva y digo
que ese cuadro no es tan azul

Dónde está Lana Turner
ha salido a comer
y el camerino de Garbo en el Met
todos e quitan el abrigo
para poder enseñar el torax a quienes les gusta mirarlo
y el parque está lleno de bailarines con sus mallas y zapatos
en bolsitas
que a veces los confundes con los que hacen ejercicio en el West Side y
por qué no
Los Piratas de Pittsburgh gritan porque han ganado
y de algún modo todos ganamos
estamos vivos
una pareja gay dejó libre el piso
que se fueron al campo en busca de diversión
se fueron un día antes de tiempo
incluso los apuñalamientos contribuyen ala explosión demográfica

aunque en el país equivocado
y todos esos mentirosos han dejado la ONU
el edificio Seagram ya no rivaliza en interés
no porque necesitemos alcohol (sin más, nos gusta)

y la caja que está en la acera
junto al delicatessen
para que el viejo se pueda sentar encima y beber cerveza
y recibir una buena de su mujer al final del día
mientras el sol aún brilla
ay dios es maravilloso
levantarse de la cama
y beber demasiado café
y fumar demasiados cigarros
y amarte tanto



Fantasía

(dedicado a la salud de Allen Ginsberg)

¿Cuánto te gusta la música de Adolph
Deutsch? A mí
me gusta más que la de Max Steiner. Piensa
en la banda sonora Northern Pursuit, el tema de Helmut Dantyne
era…
y fue entonces cuando la ventana cayó en mi mano. Errol
Flynn estaba esquiando. descendió
descendió descendió el inexorable
submarino gris bajo el hielo “frío” .
Helmut estaba
a salvo en tierra, sobre el hielo.
¿A qué sueños, qué increíbles
fantasías de pedos nevados conducirá todo esto?
No
sé, he dejado de pensar como un perro de trineo.

Lo principal es contar una historia.
Es casi
esencial. Imagínate
desperdiciar el alud
tan pronto en la película. Yo soy el único espía que queda
en Canadá,
pero solo porque está solo en la nieve
no significa necesariamente que sea un Nazi.
Veamos,
dos aspirinas una tableta de vitamina C y un poco de bicarbonato sódico
eso es lo que hace falta, practicamente un
Alka
Seltzer. Allen sal del baño
y tómatelo.
Creo que alguien ha puesto mantequilla en mis esquís en lugar de
cera.
Ay. El cobertizo se está desplomando sobre
los abetos, y hay otro espía más gordo aquí. No me
dijeron que le habían

enviado. Bien, eso se encargará
de él, caray chico, qué hambre tenían estos perros esquimales
Allen
¿te sientes algo mejor? Sí, Helmut Dantine

me vuelve loco
pero me alegra que Canadá siga siendo
libre. Simplemente libre, eso es todo, nunca discutas con las películas.







Sin embargo la poesía de O'Hara no acaba ni empieza en directas señales a su mundo cultural o local, hay otro espacio en el que va tejiendo su vida privada, interna, de amor por la música , por el amor, por la vida, su homosexualidad, sus viajes, que alcanza formas de belleza oportuna. Lo cotidiano, lo urbano, el mundo moderno te enseña miradas diferentes, -Frank hubiera escrito diferente si de repente aparece en la era de internet, de la globalización y del arte actual-es lo esencial en la forma de ver la vida, todo lo que ocurre alrededor de los versos que lees en este libro, con cosas que hubo en las calles , vidas y amores del poeta, están las sensaciones que cruzaron su mente, están probablemente los mismos lugares y los mismos tejados y los socavones por dónde van cayendo y levantándose la gente que cruza aquellos paisajes y sentimientos.


Por el cumpleaños de Rachmaninoff
¡Rápido! Un último poema antes de que pierda
la chaveta Oh Rachmaninoff!
Entra, Massachusets. ¿Toca la trompa la galleta
rellena de higo? Tronantes ventanas
del infierno, ¿se harán polvo alguna vez
vuestros tubos? Oh mi palacio de naranjas,
tienda de cachivaches, cosas básicas, tierra oscura, basalto;
soy otra vez aquel niño que se sentía tan

triste, un manoseado pizzicato. Mi bolsillo
lleno de cuentas de de colores ,, yoyós, lápices de carpintero,
amatistas, jeringuillas, hipo, insignias de campaña,
¿está la habitación llena de humo?A la mierda
la sopa, deja que se queme. Así que ha vuelto.
Nunca estarás mentalmente sobrio.










POEMA



Café instantáneo con nata ligeramente amarga
y una llamada telefónica al más allá
que no aparece acercarse lo más mínimo.
ah papá, quiero estar borracho muchos días”
de la poesía de un nuevo amigo
mi vida precariamente sostenida en las manos
videntes de otros, sus y mis imposibilidades.
¿Es esto amor, ahora que por fin he muerto
el primer amor, donde no había imposibilidades?



La no puntuación, la no expresión de creaciones tópicas, o la presentación de situaciones extrañas salen de lo común para hacerse diferente, pero, a la vez, lo diferente se hace común, cotidiano, palpable pero por eso es un poeta. -El hombre o la mujer que se aleja de lo común para llegar a lo diverso a lo diferente-. Ese pequeño ser que escribe en cuartillas o en cuadernos de colegio o en Pcs , para encontrar el lugar donde investigar su mundo interior. Y que le ha llevado a expresarse como lo hace.
 
Llegado un momento, un pequeño consejo, lo he leido tantas veces... Miradlo de otra forma, leedlo como si fuera un cuadro cuya composición exprese ideas o realidades o setimientos al instante, cuyo conjunto sea la unión de muchas partes separadas, conformando esa realidad la unión separada y alterada de todas ellas. !Ah! Y leedla miestras oís a Billie Holiday, claro, o si no con Miles Davis, por ejemplo en su disco con Thelonious Monk en Newport.
.



Víctor 

domingo, mayo 29, 2022

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

 


50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS

SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG

 

 

Decían que decían que Stanley Kubrick fue el que diseñó y filmó el artificio de la primera  llegada a la luna, ese que luego se vio en las televisiones del mundo aquel 20 de julio de 1969, cuando  Neil Armstrong y Edwin F. Aldrin pisaron la superficie del satélite terrestre. Decían que Kubrick era el encargado de recrear y hacer creíble aquello que, decían, era mentira. Años después un canal de televisión creó un mockumentary (mock documentary) en las que la viuda de Kubrick, el propio Aldrin, altas figuras de la política y militares  de aquella época como Henry Kissinger, Donald Rumsfeld, Alexander Haig…” confesaban”, todos ellos, que sí, que fue un gran engaño. Seguían los pasos de alguna manera de aquel legendario falso noticiario de Orson Wells y su radiada guerra de los mundos, y otros muchos que le siguieron. Todos, creo, parten de una premisa, lo que siempre ha sido real convierte en real todo lo que parte de él, la radio contaba lo que pasaba en el mundo y era siempre cierto hasta podría serlo una invasión marciana; los documentales necesitan explicitar que son falsos o inventados porque se les considera un vehículo en los que son meros expositores demostrativos o explicativos de la realidad, desnuda. De la misma forma una antología poética es, o suele ser, el mero vehículo demostrativo del caminar poético de un parte concreta del mundo literario. Crear una "mock anthology", una falsa o inventada antología, es un ejercicio de literatura cuanto menos arriesgado, aunque solo fuera por el mero hecho de recrear poemas de poetas diferentes, y que estos sean apreciables, buenos -o malos o simplemente magníficos- ; y  que sean expresión, claro, de poetas diferentes: y saltar las líneas de un poeta a otro, expresar cosas diferentes, de manera diferentes, en distintas voces y registros, ser muchos, y  uno y muchos.  Y no solo eso, sino que la exposición y exhibición de esos poemas no solo sea un registro numerado y ordenado de poemas con diferente autor, como si el "mockumentary "de “ Dark side of the moon” -que así se llama el antes citado- lo hubieran hecho con actores malamente caracterizados de Kissinger o Aldrin…

Pues no, este libro es una excelente recreación, una gran recreación, de un mundo entre muchos mundos, de muchos sistemas poéticos a la forma de una sola forma poética, la poesía norteamericana. No sé si alguien leerá esto, tampoco tiene importancia, y, si es así, y si ha leído mis comentarios de libros, verá que yo no hago reseñas, sino que explico lo que me ha dado -dejado- ese libro, lo que he percibido. Aunque, evidentemente, se nota lo que me gusta o no, solo en un libro, creo recordar, he dicho, explícitamente, que es magnífico, dije  que “El diario de Hamlet García” de Paulino  Masip, era la mejor novela escrita por un español del siglo XX que yo haya leído. Saltaré mi estilo, de nuevo,  para decir que este del que hablo es lo mejor que he leído en estos últimos tiempos, no sé, años o lustros….Básicamente es un libro simple, poesías de varios autores a los que después se les hace, más o menos, las mismas preguntas, más o menos, de nuevo, típicas en algunas antologías; lecturas, influencias, formas de escribir origen de su poesía a  través de las cuales descubres a la persona, su caracter, su forma de ver el mundo, sus manías, sus defectos, su manera de tratar a la vida y la poesía, y cómo esta le ha tratado. etc. Bien, nada extraño, nada raro, nada especial, sin embargo cuando un artificio inventado (un falso documental , una antología inventada, un sueño real...) se convierte en arte, sobrepasa esa pequeña línea de lo que es curioso, visual, recreativo  o literario a lo que es emocionante.

Borges o Lem o Milorad Pavic crearon artificios literarios plasmados en libros sobre libros inventados; en “Pálido fuego” Nabokov partía de un poema para, a través de él, recrear una historia siguiendo sus versos, de aquel surgía todo. En este caso el camino va y vuelve, de los poemas salen los poetas, pero de los poetas salen los poemas. Es curioso leer los poemas, para, siguiendo el orden lógico del libro, leer la entrevista del antólogo al poeta, pero lo es más volver a ellos una vez leído el cuestionario-entrevista, es volver a revelar nuevos espacios y caminos, encajan más aún. Es más, hay un poeta concreto de esta antología inventada del cual no me gustan sus poemas, nada. Pero me resultó revelador que tampoco me gustaba la personalidad que Zaidenwerg ha recompuesto en su entrevista. Dicha curiosidad se repitió la segunda vez que he leído el libro acentuando el aprecio por el personaje/obra en algunos casos y, o, el disfrute en otros o el pasar por encima de ese. Pasto sobre pasto.

 

Supongo que el alquimista que busca ser poeta y prosista buscará ese término exacto, la piedra que cae en el flan y expande y mancha de poesía una novela, al modo de Jim Jarmusch  en “Patterson” recreando un mundo a través de los poemas de un conductor que recreaba  los de un poeta real, Ron Padgett, que a la vez debía tener resonancias, olor, una pizca, una nada, de otro poeta, del poeta de Patterson, William Carlos Williams. Del mismo modo este libro inventa personalidades poéticas, los poetas nacen de su entorno, retozan en sus orígenes y sus influencias, aplauden a sus referencias actuales, y todos son reales, todos los encuentras en la biblioteca del buen lector americano de poesía, sirven para expresar y referenciar a los recreados por Zaidenwerg y para que yo aumente mi colección de poetas a descubrir. Sirven, por lo que yo reconozco, para mostrar caminitos paralelos de lo real y lo aquí imaginado, gatos de porcelana para que maúllen al amor. Y aquí en este libros encontrarás poetas tímidos, y coherentes, y poetisas postcoloniales, y poetisas que no quieren saber, que no hablan apenas, y poetas que  no le gusta que les preguntes y otros pedantes, y alguno que se ha colado por ser amigo del antólogo. (Metapoesía, sobre metapoemas, sobre prosa metapoétíca). Recrean todos en sus respuestas, sus origen su mundo, sus penas y glorias, sus delicias, y  sus recuerdos, recrean un mundo, como un cuadro en los que los trazos cortos y contundentes te han expresado un mundo. Realidad sobre realidad sobre irrealidades, documentos para ser no documentos.

Pero no solo…

Este libro habla de música: la música como parte de composición y de poesía, y del poeta como compositor de pactos y de ritmos, música para vivir, y para compaginar el poema con el gesto inconsciente  del pie en la barra del bar, dar un ritmo una baqueta para dar al tambor del libro, poemas sincopados con el éter o con el bajo del altavoz o con  el sonido de ese bar donde lo lees o con el trino de algún  pájaro huyendo de los halcones. Todo es ritmo, poesía sincopada. Y habla… de la traducción-versionado-, puesto que en principio, aunque están los poemas originales en inglés, está antología está hecha para ser traducida al español, De tal modo que plantea la pregunta que yo alguna vez he contestado, y que, en contra de la tajante afirmación de Frost sobre que la poesía es lo que se pierde en la traducción, yo respondí en esa discusión que pudiera que fuera  posible, pero no leer traducciones limitaría tus lecturas a la nada, perderías no ya un mundo, perderías el mundo. El traductor/interpretador  te enseñará algo escrito en el agua, lo leerás y lo apreciarás, pero si no existiera el traductor/versionador ese poema sería solo parte de la orilla. La poesía traza los caminos, el poeta los recorre, el traductor los marca en el mapa, el lector los hace suyos, en su idioma original o en el inventado o en el versionado, qué más da. Amo a Ajmátova, la querré siempre, y nunca sabré ruso; aunque no sea Ajmátova y sea Айматова

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Y…La poesía… la poesía aquí lo es todo, es todo sobre  lo que he escrito hasta ahora, y lo que no he escrito, es de lo que va el libro, es lo que huele y suena, es lo que te mancha. El autor debe ser una esponja creativa, o un aspersor poético porque hay momentos mágicos de lectura poética creada, combinada, al estilo de diferentes escuelas poéticas norteamericanas, pero eso me da igual, la poesía es bella o no es bella, encaja en su tiempo, en su espacio, en las páginas de los libros, o  no lo hace. Es belleza o no lo es. Crea o no es creativa. Canta o calla. Nace o está muerta. Y esta es bella, es de su tiempo, encaja, es creativa y canta y ya ha nacido.


Historias para crear personajes para crear poemas para crear personajes para crear historias.

Leedlo,  como en un paseo que de pronto te pones a silbar , hace tiempo que no lo hacías, por la simple  y única razón de que en ese instante te hace feliz.

Hoy...

50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS de EZEQUIEL ZAIDENWERG

  50 ESTADOS, 13 POETAS CONTEMPORÁNEOS de ESTADOS UNIDOS SELECCIÓN, TRADUCCIÓN Y PRÓLOGO DE EZEQUIEL ZAIDENWERG     Decían que decía...