jueves, febrero 18, 2016

PALOMAS EN LA HIERBA de WOLFGANG KOEPPEN






PALOMAS EN LA HIERBA de WOLFGANG KOEPPEN
tauben in gras 1951
Edtrl RBA 237 Pág
Tradc. Carlos Fortea




Hay palomas en el césped, aparentemente no hacen otra cosa más que picar semillas que parecen salir del suelo; están allí y son ellas como podrían ser otras y estar en cualquier otro sitio. Levantarán el vuelo en cualquier momento y desaparecerán hacia cualquier otro lado. Igual que ellas, nosotros, estamos andando por el mundo, hasta que levantemos el vuelo. Y estamos en esa especie de estado intermedio entre estar posados y volar y ello sólo porque el azar lo ha querido así, porque podríamos estar en cualquier otro sitio, en otro instante o simplemente no estar. En Alemania, recién acabada la Segunda Guerra Mundial, están los que quedaron vivos: los supervivientes y los vencedores. Pero sobre la hierba aun quedan rastros de la guerra; no sólo desechos, balas perdidas, hierros retorcidos o las esquirlas, sino que también queda la huella de la vida con los nazis y de los nazis. Como si en el tercer acto de “Las valquirias” de Wagner, empezara a sonar la cabalgata de las valquirias , con ese prepotente y épico sonido de una “blitzkrieg” de opereta, donde, pasado su época de esplendor, ya sólo es interpretada por una orquesta de timbales, cornetas y acordeón: los interpretes son de segunda fila pero tocan la misma música, con el mismo libreto y la misma podrida versión. Sin embargo también hay otras palomas en las ciudades alemanas que viven apenas por su sentido de la supervivencia, por la morosa necesidad de dejar pasar el tiempo o para buscar el camino, acaso esperan que el camino los encuentre a ellos: son viudas de guerra, niños, prostitutas por necesidad, mozos de transporte, soldados de frentes inimaginables, poetas. Y existe, también,  un mundo de conquistadores, vencedores de guerra-perdedores de entre la vida, o de curiosos que van a revisar la vida de otra gente, o revisores de vida que curiosean a la gente... Son también palomas en el césped, pero con anilla de propiedad de un lejano y palomar.



“ Palomas en la hierba” es el acontecer en un sólo día de una serie de personajes en una anónima ciudad alemana de principios de los años 50 del siglo pasado. Momento en el cual la guerra empezaba a estar un poco lejana y el futuro un poco más cercano. Son personajes distintos -desparejados- que van acercándose y separándose como lo hace el mar cuando sube la marea: a veces nos invade otras se aleja. Aparcen por ejemplo: una pareja en la que ella perdió todo en la guerra y él es un escritor que perdió su confianza con la guerra; niños que bostezan entre las ruinas; un ex-soldado que se libro de ir a la guerra por medio de las drogas que ahora le hacen dormirse todo el día, un actor que vivió su esplendor con los nazis y su mujer que nunca tuvo esplendor, un viuda de guerra que se prostituyó hasta conocer a un soldado americano de raza negra; un viejo que transporta la maleta de otro soldado de raza negra mientras visita la ciudad, un médico arruinado y corrompido; un maestras norteamericanas que visitan la ciudad; un poeta que parece ser el faro de la cultura de la ciudad... Todos estos personajes muestran historias separadas; son una especie de rompecabezas de fotos distintas en la que parece que nada las une. Pero surge de entre todas un mensaje parecido: Koeppen arrastra a los personajes por la ciudad hasta que se les pegue el polvo y el barro de los escombros de las calles. Barro con forma del racismo - heredado, profundo, sistemático (en Alemania y en EEUU)- polvo compuesto por todos los colores que forman el olvido, la desgracia, el encono, el desengaño, el pasado -el horrible y tenso pasado-. Todo se amalgama para pintar personajes que no parecen llegar a ningún sitio, ni siquiera parecen partir...



“Palomas en la hierba” es un relato en los que Koeppen utiliza las palabras como un muestrario de azulejos para crear un mosaico en los que combina, frases cortas y concisas, con prosa cercana a la poesía ; compagina el relato descriptivo con el monologo interior. Acepta, el libro , un despejado mundo alegórico basado en el homenaje a Joyce, creando una suerte de “Ulises” con cartas marcadas, puesto que utiliza los recursos estilísticos, la estructura temporal y hasta los nombres del libro del irlandés, pero lo hace utilizándolos de manera acorde al tiempo que vive, de forma astuta y adaptada. No quiero decir que Joyce no lo haga, pero como todo el mundo sabe éste es un maestro de las letras, y como cualquiera de nosotros ha aprendido, los maestros viven y enseñan para ser superados por sus alumnos. Ténicas, composición destreza se aprenden -se suman de aquí pero también de allá- y si se tiene habilidad natural o talento... Siempre he pensado que nadie tiene el monopolio del talento; el hecho de que haya sido anterior no presupone que es superior. Es la vida. La pizarra estaba ya llena de tiza pero se borró con el tiempo...Los nuevos alumnos la han escrito de nuevo.  Así Koeppen escribió un libro brilante y esclarecedor sobre una época,  a pesar de la oscuridad que parece salir de sus páginas. Oscuridad formada por ese intento de mostrar una exposición donde la visión total de todo lo expuesto es la que enseña la realidad.


wineruda

2 comentarios:

  1. Hola Wineruda.

    La intrahistoria, esos fragmentos de historia que portamos en nuestras vivencias (como los personajes de este libro), en la memoria, es la mirada y el sentimiento del que carece, porque no puede poseer, la historia enciclopédica. Como decía Unamuno la intrahistoria es, en oposición a la historia oficial, todo lo que sucede al margen de lo que aparece en los periódicos.
    Si se ilustra como lo hace Koeppen a través de su libro siempre merecerá la pena posar la mirada sobre esas "historias".
    Un libro a tener en cuenta, por lo que dices. Un placer leerte.
    Un abrazo

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  2. Hola Paco
    Leyendo lo que era el libro antes de comprarlo, estuve leyendo un comentario en una web en inglés, en la que un excombatiente americano de la guerra mundial, comentaba que le sirvió este libro para saber lo que hablaban los alemanes a su espalda -lo que pensaban en realidad de ellos- No sé si es así, pero si que es un libro en el que Koeppen tiene una visión por un lado muy crítica con una parte de la sociedad alemana de la postguerra, y por otro lado muy compasiva con otra parte de esa sociedad. Un excelente libro.
    un abrazo

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